Pintor. En una primera etapa, la soledad y la angustia del hombre aparecen en las figuras desencajadas por el horror o irremediablemente hundidas en la desesperanza. Su paso por la abstracción no atenuó la visión del mundo que nos había transmitido en sus rostros. Después levantó un universo desasosegado por la densa ausencia del hombre, cuyo rastro de desolación protagonizaba sus naturalezas muertas y sus paisajes. Sus temas, hombres vestidos de novia, viejos indios con plumas caídas, niños con encajes, viejos gordos vestidos de mujer o de obispo, mujeres de negro que esperan sobre fondos rojo sangre, cuernos que suben y bajan por hilos invisibles, figuras de circo en trapecios sin red, funambulistas o princesas.